Existen diferentes tipos de sistemas apologéticos, y ninguna manera universalmente conocida para categorizarlos. Los enfoques divergentes parecen ser determinados por la perspectiva de los que los categorizan. Sin embargo, existen algunos términos generalmente entendidos que se pueden emplear para ver de una manera significativa las diferencias entre los enfoques más populares.
Categorización de Sistemas. Es tentador hacer categorías lógicamente exhaustivas de sistemas apologéticos. Dos problemas lo impiden. En primer lugar, la categoría puede parecer que funciona, pero la categoría correspondiente que se opondría lógicamente es demasiado amplia. En segundo lugar, los sistemas divergentes a menudo se agrupan en una categoría. Por ejemplo, si se usan las categorías de presuposicionalismo y no-presuposicionalismo, no sólo existen diferentes tipos de presuposicionalismos, sino también diferencias significativas entre los sistemas no-presuposicionalistas. Si se usa evidencial y no-evidencial el mismo resultado ocurre; la apologética clásica e histórica e incluso algunas formas de presuposicionalismo (por ejemplo, consistencia sistemática) deben ser apareadas en la misma categoría. Lo mismo es verdad si se utiliza la apologética clásica y apologética no-clásica como dos categorías amplias.
Tipos de Sistemas. A pesar de que las categorías no son lógicamente exhaustivas y se superponen, parece mejor simplemente usar títulos comúnmente entendidos y expresar las diferencias y similitudes. (La evaluación de cada uno puede encontrarse en otros artículos sobre sistemas individuales y sus representantes clave.) Tres puntos ayudan a explicar cada tipo: algunas características principales, proponentes, y la comparación con otros enfoques.
Apologética Clásica Características. La apologética clásica hace énfasis en los argumentos para la existencia de Dios, así como la evidencia histórica que apoya la verdad del cristianismo. La apologética clásica se caracteriza por dos pasos básicos: argumentos teístas y evidenciales. Los argumentos teístas se usan para establecer la verdad del teísmo aparte de una apelación a la revelación especial (por ejemplo, la Biblia). Los apologistas clásicos aceptan la validez de las pruebas teístas tradicionales para Dios, aunque algunos acentúan una sobre otra. Y algunos rechazan ciertas pruebas tradicionales como inválidas, a menudo el argumento ontológico. Pero la mayoría acepta alguna forma del argumento cosmológico y del argumento teleológico. Muchos también creen que el argumento moral es válido. Este primer paso de la apologética clásica también implica trazar la inferencia lógica de que si existe un Dios teísta, los milagros son posibles; de hecho, el mayor milagro de todos, la creación, es posible. La credibilidad de los milagros es esencial para el siguiente paso de la apologética clásica–el histórico–pero fluye lógicamente desde el primer paso. El segundo paso, la evidencia histórica confirmada comprueba la verdad. Los documentos del Nuevo Testamento se muestran históricamente confiables. El apologista también demuestra que estos documentos revelan que Jesús afirmó ser, y fue milagrosamente probado ser, el Hijo de Dios. De esto a menudo se argumenta que Jesús confirmó que el Antiguo Testamento era la Palabra de Dios y prometió lo mismo para el Nuevo Testamento. Proponentes. La apologética clásica era practicada por Agustín, Anselmo y Tomás de Aquino. Los apologistas clásicos modernos incluyen a John Locke, William Paley, B. B. Warfield, C. S. Lewis, Stuart Hackett, John Gerstner, Norman L. Geisler, Peter Kreeft, R. C. Sproul, J. P. Moreland, Winfried Corduan, y William Lane Craig. Comparación con Otros Enfoques. A veces, los apologistas clásicos comienzan este segundo paso mostrando que la Biblia ha sido probada como la Palabra de Dios. Al hacerlo, a menudo usan la misma evidencia básica usada por la apologética evidencial. Esto incluye los milagros, la profecía cumplida, la unidad de la Biblia y otras indicaciones de su origen sobrenatural. La diferencia entre los apologistas clásicos y los evidencialistas sobre el uso de la evidencia histórica es que los apologistas clásicos ven la necesidad de establecer primero que este es un universo teísta para establecer la posibilidad e identidad de los milagros. Los evidentialistas no ven el teísmo como una precondición lógicamente necesaria de la apologética histórica. El argumento básico de los apologistas clásicos es que no tiene sentido hablar de la resurrección como un acto de Dios a menos que, como prerrequisito lógico, primero se establezca que existe un Dios que puede actuar. Del mismo modo, la Biblia no puede ser la Palabra de Dios a menos que exista un Dios que pueda hablar. Y Cristo no puede ser demostrado como ser el Hijo de Dios excepto en la premisa lógicamente anterior de que existe un Dios que puede tener un Hijo.
Apologética Evidencial La apologética evidencial hace énfasis en la necesidad de evidencia en apoyo de las declaraciones de la verdad cristiana. Las evidencias pueden ser racionales, históricas, arqueológicas e incluso experienciales. Dado que la apologética evidencial es tan amplia, comprensiblemente se superpone con otros tipos de apologética. Características. Dado que los evidencialistas abarcan una categoría amplia y diversa, sus características se delimitarán de acuerdo al tipo. Los evidencialistas a menudo usan evidencia racional (por ejemplo, pruebas para Dios) en defensa del cristianismo. Como tal, se superponen con los apologistas clásicos. Sin embargo, para un evidencialista esto es sólo una pieza de evidencia. También en contraste con los apologistas clásicos, los evidencialistas no sostienen que la evidencia racional es necesaria (ya que es sólo una pieza) o lógicamente anterior de la otra evidencia. En el uso de la evidencia histórica, existe de nuevo una superposición entre apologética evidencial e histórica. Los evidencialistas no soportan su caso entero sobre la evidencia histórica. Son más eclécticos, entretejiendo evidencia de varios campos. Los evidencialistas operar como abogados que combinan las evidencias en un resumen general en defensa de su posición, confiando en que el peso combinado presentará un caso persuasivo. Muchos evidencialistas se centran en la evidencia arqueológica en apoyo de la Biblia. Enfatizan que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento han sido confirmados por miles de descubrimientos. Esto, creen, da razón para aceptar la autoridad divina de las Escrituras. Otros tipos de apologética apelan a la evidencia arqueológica, pero usan la evidencia de una manera diferente. Algunos evidencialistas apelar a la evidencia experiencial en apoyo para el cristianismo, más a menudo de vidas cambiadas. El testimonio de aquellos convertidos al cristianismo es ofrecido como evidencia de la verdad del cristianismo. ¿De qué otra manera, se puede argumentar, se puede explicar los cambios dramáticos, transformadores, duraderos y a menudo radicales? La conversión de Saúl de Tarso (Hechos 9) es un caso clásico. La evidencia profética se ofrece a menudo para establecer el cristianismo. Se argumenta que sólo el origen divino explica las numerosas y precisas predicciones bíblicas que se han cumplido. Para los evidencialistas, las evidencias proféticas y otras no incluyen un paso específico en un orden lógico global (como en la apologética clásica). Más bien, es la suma total de todas las evidencias entrelazadas que ofrecen una alta probabilidad de la verdad del cristianismo. Proponentes. Aunque la apologética evidencial goza de amplio apoyo popular, ofrece pocos defensores claros que no encajen en otras categorías también. Parece mejor, pues, caracterizar el evidencialismo por los diversos tipos de evidencia enfatizados en el enfoque apologético particular. William Paley ofrece un notable enfoque evidencialista en su Evidences for Christianity (Evidencias para el Cristianismo, en español), aunque Paley ofreció pruebas para Dios primero, puede ser catalogado como un apologista clásico. Las ampliamente usadas Protestant Christian Evidences (Evidencias Cristianas Protestantes, en español) de Bernard Ramm son otro ejemplo de apologética evidencial, aunque parecía alejarse de esta en sus escritos posteriores. El más ampliamente distribuido de los libros evidencialistas es Evidence That Demands a Veredict (Evidencia que Exige un Veredicto, en español) de Josh McDowell. Comparación con Otros Enfoques. Si bien el uso de evidencias no es exclusivo de la apologética evidencial, la forma en que se usa es única. Tanto los apologistas clásicos como algunos evidencialistas usan argumentos teístas. Sin embargo, para los evidencialistas, establecer la existencia de Dios no es un paso lógicamente previo y necesario. Es simplemente una hebra en la red global de evidencia que apoya el cristianismo. A diferencia de los apologistas históricos, los evidencialistas puros no apelan a la evidencia histórica como la única base para su caso. Para los evidencialistas, existen ciertos eventos, tales como las sanidades de Jesús, levantamientos de los muertos, y la profecía cumplida, que en sí mismos, aparte de la previa presuposición o prueba de que Dios existe, sustenta la verdad del cristianismo. Dado que los hechos “hablan por sí mismos,” no hay necesidad, según los evidencialistas, de proporcionar una razón independiente para creer en la existencia de Dios. Por el contrario, tanto los apologistas clásicos como los presuposicionistas insisten en que los eventos históricos sólo pueden interpretarse a la luz del marco de la cosmovisión de la cual forman parte.
Apologética Experiencial Algunos cristianos apelan principalmente, si no exclusivamente, a la experiencia como evidencia de la fe cristiana. Algunos apelan a la experiencia religiosa en general. Otros a experiencias religiosas especiales. Dentro de esta segunda categoría están algunos que se centran en experiencias místicas y otros que identifican lo que creen son particularmente experiencias de conversión sobrenatural. Existen obviamente algunas diferencias significativas bajo la amplia sombra experiencial. Características. El valor de la experiencia religiosa general, inespecífica tiene un valor limitado para una apologética distintivamente cristiana. En el mejor de los casos, la experiencia general establece la credibilidad de la creencia en un ser supremo de algún tipo (no necesariamente un Dios teísta). No obstante, pruebas para la experiencia religiosa han sido ofrecidas por cristianos y otros. Las experiencias religiosas generales están disponibles para todos. Las experiencias religiosas especiales son más limitadas. El místico, por ejemplo, reclama una experiencia especial de Dios. Las experiencias místicas difieren de las experiencias religiosas generales en que se ven como contactos directos y no mediados con Dios. Los místicos cristianos afirman que tales experiencias son autoevidentemente verdaderas. Aunque los llamados encuentros de experiencia existencial con Dios no son lo mismo que las experiencias místicas, los proponentes afirman que estos también son auto-autenticados. Se es captado por Dios en un encuentro directo, no-racional, que es más básico y real que una experiencia sensorial. Aunque no todos llamen a tales experiencias evidencia apologética, sirven, sin embargo, para reivindicar el cristianismo entre aquellos que las tienen. Los que apelan a tales experiencias rechazan enfoques apologéticos en el sentido tradicional. Desprecian argumentos racionales o pruebas fácticas a favor de lo que ellos creen que es una experiencia auto-verificadora. Proponentes. Entre los místicos cristianos destaca el nombre Meister Eckart. Los existencialistas incluyen Sören Kierkegaard, Rudolph Bultmann y Karl Barth. Otros de una naturaleza experiencial más general incluyen Friedrich Schleiermacher y Paul Tillich. Comparación con Otros Enfoques. Los argumentos experienciales para la existencia de Dios a veces son usados por apologistas clásicos y evidencialistas. La diferencia es que, para el apologista experiencial, la única clase de evidencia es no-racional, mística y existencial. En otros enfoques apologéticos, el argumento de la experiencia religiosa es sólo una clase de evidencia entre muchos. Muchos otros apologistas, especialmente de la variedad racional, rechazan los argumentos puramente experimentales como inverificables y de interpretación subjetiva.
Apologética Historica Características. Los apologistas históricos enfatizan la evidencia histórica como la base para demostrar la verdad del cristianismo. Estos apologistas creen que la verdad del cristianismo, incluida la existencia de Dios, puede ser probada sólo a partir de la evidencia histórica. En un sentido, la apologética histórica pertenece a la amplia clase de apologética evidencial, pero difiere en que pone énfasis en la importancia, si no la necesidad, de comenzar con el registro histórico de la verdad del cristianismo. Proponentes. El cristianismo es una religión histórica, por lo que es comprensible que tendría un énfasis histórico desde el principio. Los primeros apologistas, incluyendo a Tertuliano, Justino Mártir, Clemente de Alejandría y Orígenes, defendieron la historicidad del cristianismo. Puesto que estos apologistas tempranos eran a menudo no-sistemáticos en su escritura, es difícil decir si caen en la categoría de apologética histórica. Algunos ofrecieron argumentos teístas, pero probablemente no todos vieron esto como un primer paso lógicamente necesario en una apologética general. Los apologistas históricos contemporáneos incluyen a John Warwick Montgomery y Gary Habermas. Comparación con Otros Enfoques. La apologética histórica es distinta del evidencialismo en su enfoque estrecho, usando sólo un tipo de evidencia en lugar de muchos. También ofrece un argumento secuencial. El apologista histórico comienza con sólo evidencia histórica como premisa básica. Con la historicidad establecida, el apologista argumenta que ciertas declaraciones son hechas en la Escritura de las cuales se puede inferir que Dios existe, la Biblia es la Palabra de Dios y Cristo es el único Hijo de Dios. El evidencialista puro no tiene tal orden lógico que comienza con la evidencia histórica sola. Más bien, el evidencialista emplea un nido entero de evidencia de la cual se concluye que el cristianismo es verdad. Los apologistas históricos y clásicos usan evidencia histórica. Pero el apologista clásico cree que la evidencia histórica es sólo un segundo paso, lógicamente precedido por argumentos teístas que establecen la evidencia de la cosmovisión necesaria por la cual sólo se puede interpretar adecuadamente la evidencia histórica.
Apologética Presuposicional Esta visión afirma que se debe defender el cristianismo desde la fundación de ciertos presupuestos básicos. Por lo general, un presuposicionalista presupone la verdad básica del cristianismo y luego procede a demostrar (de diversas maneras) que sólo el cristianismo es verdadero. Características y Proponentes. De acuerdo con el presuposicionalismo revelacional, se debe postular que el Dios Trino se ha revelado en las Sagradas Escrituras antes de que sea posible sacar algún sentido del universo, de la vida, del lenguaje o de la historia. A veces esto se ve como un argumento trascendental. Entre los presuposicionalistas revelacionales se incluyen Cornelius Van Til, Greg Bahnsen y John Frame. El presuposicionalismo racional también comienza con la Trinidad revelada en la Palabra escrita de Dios. Pero la prueba de si esta es verdadera o no es simplemente la ley de la no-contradicción. El cristianismo demuestra su propia verdad en que, de todas las religiones, solo es internamente consistente. Gordon H. Clark, Carl F. H. Henry, y Ronald Nash son presuposicionalistas racionales. Al igual que los presuposicionalistas racionales, los presuposicionalistas de consistencia sistemática creen que un sistema debe ser racionalmente consistente. Además, debe comprender todos los hechos. También debe ser existencialmente relevante en el sentido de que satisface las necesidades básicas de la vida. Sólo el cristianismo, creen, ofrece un sistema tan consistente. Edward John Carnell y Gordon Lewis sostienen esta visión. El enfoque apologético de Francis Schaeffer se ha enlistado ocasionalmente como una forma separada de presuposicionalismo, una clase de presuposicionalismo práctico. Schaeffer cree que los sistemas falsos son inviables, que sólo la verdad cristiana es viable. Comparación con Otros Enfoques. Los apologistas presuposicionales rechazan la validez de las pruebas teístas. Aceptan las críticas de la argumentación teísta por David Hume e Immanuel Kant. O creen que no existe significado para los “hechos” aparte de la cosmovisión cristiana.
Fuentes D. Clark, Dialogical Apologetics, cap. 5 N. L. Geisler, Christian Apologetics, parte 1 G. Lewis, Testing Christianity’s Truth Claims B. Ramm, Varieties of Apologetic Systems (artículo “Apologetics, Types of” extraído de The Big Book of Christian Apologetics: An A to Z Guide, Norman L. Geisler)