Si a los cristianos de verdad les preocupara promover la paz y el amor, no serían tan intolerantes. ¿Cómo respondería usted a esto como creyente evangélico? En primer lugar, se necesitaría aclarar la afirmación de que los cristianos son muy intolerantes. La afirmación de que los cristianos son intolerantes se realiza comúnmente cuando un cristiano o un grupo de cristianos simplemente objeta a unaafirmación verdadera que contradice la afirmación cristiana verdadera. En la actualidad, muchos consideran que la verdad es relativa y etiquetan a quienes afirman que la verdad es objetiva y que las afirmaciones contradictorias de la verdad son falsas, como intolerantes. Sin embargo, este es una mala interpretación de intolerancia. Ser intolerante requiere de más que negar la verdad de una afirmación contradictoria de la verdad. La intolerancia requiere de acción de algún tipo. El desacuerdo no es intolerancia. En segundo lugar, la afirmación presupone que la paz y el amor son incompatibles con la intolerancia. Sin embargo, uno puede pensar en muchos ejemplos donde la promoción de la paz y el amor es compatible con la intolerancia. Observe el caso de un niño que se comporta mal, particularmente un niño cuyo comportamiento le ha causado daño a él mismo o a un hermano. El padre no tolerará su mal comportamiento y disciplinará al niño. La disciplina administrada surge del amor hacia el niño y del deseo de corregir su comportamiento, produciendo de esta manera una mayor paz y seguridad en él y en la familia. Este ejemplo muestra que la promoción de la paz y el amor no es inherentemente incompatible con ser intolerante. Aunque compartir y defender la verdad del evangelio puede ser desagradable algunas veces, no es intolerante y, a menos que el pecado en la vida del creyente genere otra intención, es llevado a cabo por el amor hacia el no creyente. Alex McFarland