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  • Paul Copan

"No creo en cosas correctas o incorrectas.''


"No creo en cosas correctas o incorrectas.''

Las cosas simplemente son. Si siento que he de hacer algo: pues lo hago. Entonces la pregunta es: "¿Cuál es el papel de los sentimientos en términos de lo que es verdadero o falso?" Los sentimientos pueden ser engañosos, Alguien puede decir: "he de ser honesto conmigo mismo: he de hacer lo que siento",y acto seguido, abandonar a su familia y marcharse con su secretaria. Tales personas utilizan sus sentimientos para racionalizar su conducta inmoral. El problema es que los sentimientos son solo un aspecto de quienes somos. La capacidad de sentir es un don de Dios, pero también lo son las capacidades de pensar, de actuar de un modo moralmente responsable, de disciplinamos a nosotros mismos y, por su gracia, de dar forma a nuestro carácter para que sea algo mejor de lo que es en el presente. Si seguimos únicamente nuestros sentimientos, no estamos siendo justos ni coherentes con la totalidad de lo que somos y hemos sido diseñados para ser.

Los sentimientos tienen sin duda un papel correcto. Sin lugar a dudas. Los sentimientos y la intuición tienen su lugar. Por ejemplo, existe lo que llamamos el "factor puaf" El "factorpua!" se da ante ciertas cuestiones en las que ni siquiera tenemos que enseñar o Experimentar una intensa y visceral repulsión hacia, digamos, la violación o el abuso infantil, En asuntos de este tipo no solemos sentirnos confusos, ni decimos cosas como, "Bueno, quizás la violación es correcta en ciertos, contextos." De manera instintiva, sabemos, inmediatamente, que la violación esta mal. Esto demuestra que existen valores morales objetivos que no son producto de la evolución social o biológica. Son valores válidos y vinculantes para todas las personas, no solo para quienes viven en ciertas culturas. Y hemos de tomarmos en serio tales intuiciones acerca de estos valores morales, es decir el "factor puaf'. En Romanos 2, Pablo afirma que aunque a los gentiles no se les dio la ley de Moisés, su conciencia les da testimonio, acusándoles o defendiéndoles, porque la Ley ha sido puesta en sus corazones." Esta ley moral es una realidad y aquellas personas que tienen una conciencia que funciona con normalidad pueden tener muchas cosas en claro. Como lo expresaba un autor, hay cosas que no podemos no saber. Tendríamos que suprimir la conciencia para no saber estas cosas, y este es exactamente el tema de Romanos 1, que las personas tienen la capacidad de suprimir la verdad con su injusticia. Pueden incluso utilizar la "razón" para evitar ciertas implicaciones morales para sus vidas, sin embargo ellos mismos reconocen que, para conseguir soslayar tales compromisos morales, ha de haber un cierto grado de autoengaño. De modo que, podemos utilizar los sentimientos para justificar prácticamente cualquier conducta, aunque en lo profundo de nuestro ser a menudo sabemos, de algún modo, que estamos obrando mal. Sí, sin duda esto puede suceder. Hemos de recordar también que nuestros sentimientos no pueden cambiar la realidad objetiva. Dejamos llevar por los sentimientos, dondequiera que nos lleven, no cambia nuestra naturaleza como seres humanos, o el modo en que hemos sido diseñados para funcionar, y tampoco hace que ciertas cosas sean buenas o malas. Por ejemplo, ¿qué sucede cuando los sentimientos entran en conflicto? Supongamos que tenemos a un judío en la Alemania nazi que tiene ciertos sentimientos, y a Hitler cuyos sentimientos van por otros derroteros; lo que sucede en estos casos es que la persona que tiene más poder sale ganando. Sin embargo, esto no hace que sus acciones sean correctas.

Dr. PAUL COPAN

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