Muchos claman que Jesús fue un profeta, un maestro, un iluminado espiritual, un avatar, un hombre quien alcanzó la conciencia de Cristo, o un político radical. Asimismo, hacen reclamos acerca de que la Biblia no enseña que Jesús es Dios. ¿Jesús nació como un hombre ordinario y luego se convirtió en un Cristo? O ¿siempre fue Cristo? ¿él fue Dios? ¿Qué dice realmente la Biblia acerca de esto?
En el ...Nuevo Testamento: Uno de los nombres de Jesús, “Emmanuel” significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). El primer verso del libro de Juan, se refiere a Cristo como el Verbo, y prosigue, “el Verbo era Dios”. Elizabeth, la madre de Juan el Bautista, le dice a la recién embarazada María en Lucas 1:43: “¿Y de dónde esto á mí, que la madre de mi Señor venga á mí?” reconociendo a Jesús, aún en el vientre de María, como “Señor”. Juan el Bautista, quien nació antes que Jesús, se refirió a Jesús como: “El que viene tras mí, es antes de mí: porque es primero que yo”, (Juan 1:15 y 1:30). Jesús dijo en Juan 8:58 que Él era el “Yo Soy” de Exodo 3:14, el nombre que Dios usó para sí mismo al hablar con Moisés. Jesús es adorado como Dios por hombres sabios en Mateo 2:11, por un hombre ciego en Juan 9:38, por ángeles en Hebreos 1:6, por los discípulos en Mateo 14:33 y 28:17, por las mujeres en la tumba en Mateo 28:9, y por los 24 ancianos en Apocalipsis 5:14. Los judíos reconocieron la reclamación hecha por Jesús sobre ser igual a Dios en Juan 5:17-18, así como en Juan 10:30-33, cuando Jesús dijo que Él y el Padre son uno solo. Jesús se refiere a que compartió “la gloria de Dios antes que el mundo fuese” en Juan 17:5. Jesús confrontó a los Fariseos cuando les preguntó en Mateo 22:42, de quien era hijo el Cristo (el Mesías). Ellos respondieron que el Mesías era hijo de David. Entonces Jesús les preguntó, citando Salmos 110:1, “Pues cómo David en Espíritu le llama 'Señor', Ya que dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, Entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies?. Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?”. Claramente, Jesús les estaba diciendo que si David llamó a su descendiente (Jesús) su Señor, ¿cómo podía Jesús ser solo un descendiente humano de David?. Esta pregunta dejó a los fariseos sin respuesta, y “desde ese día nadie osó en preguntarle más” (Mateo 22:41-46). Filipenses 2:6-7, habla de cómo Cristo renunció a su gloria como Dios para volverse hombre. Hay que tener en cuenta que en dichos pasajes se dice que renunció a su gloria, no a su deidad. Tomas, en Juan 20:28, exclamó a Jesús, “Señor mío y Dios mío”. Jesús creó y sostiene el universo, Hebreos 1:1-3. Tito 2:13 habla de “la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.” Jesús es descrito como el Creador en Juan 1:3, Colosenses 1:16-17 y Hebreos 2:10. Jesús, hablando de Dios el Padre en Lucas 20:38, dice que Dios no es Dios de muertos, sino de los vivos, y Romanos 14:9 dice lo mismo de Cristo, "para ser Señor así de los muertos como de los que viven”. Jesús es el Todopoderoso en Apocalipsis 1:8. Jesús es el Alfa y Omega en Apocalipsis 1:8 y 22:13 (Dios es llamado Alfa y Omega en Apocalipsis 21:6). Así como Dios no cambia (Malaquías 3:6, Santiago 1:17), tampoco Jesús (Hebreos 13:8).
En las escrituras hebreas: En Isaías 9:6, Dios nos dice que uno de los nombres para Jesús es "Dios fuerte". Isaías profetiza a Juan el Bautista en Isaías 40:3, diciendo que Juan llamará por un camino para "nuestro Dios", hablando de Jesús; esto se cumple en Juan 1:23. Dios habla sobre que toda rodilla se doblara ante Él en Isaías 45:23; Filipenses 2:10-11 aplica esto a Jesús. Dios dice en Isaías 42:8 que no dará su gloria a otro, pero Jesús habla en Juan 17:5 de la gloria que tuvo con Dios antes que el mundo existiera. Joel 2:32 nos dice que "todo el que invoque el nombre del Señor será salvo", y vemos en Romanos 10:9-10, que los que confiesan a Jesús como su Señor serán salvos. Jesús citó y se refirió a menudo a las escrituras hebreas. En un ejemplo, después de su resurrección, Jesús les dijo a sus discípulos: "Cuando estuve con vosotros antes, os dije que todo lo que Moisés y los profetas y los Salmos escribieron acerca de mí, todo se hará realidad" (Lucas 24:44).
Jesús, el Cordero Pascual y el Velo Rasgado. Los dos hombres crucificados con Jesús en Juan 19:33-37 tuvieron sus piernas quebradas por los soldados, pero cuando los soldados se acercaron a Jesús, "cuando vieron que ya estaba muerto, no le rompieron sus piernas; pero uno de los soldados perforó su costado con una lanza". Esto se conecta a Éxodo 12:46 y Números 9:12 refiriéndose a la orden de que al cordero pascual no podían quebrarle un hueso; Y cumple con el Salmo 34:20 que predice que "Él guarda todos sus huesos, ninguno de ellos será quebrado", y en Zacarías 12:10, "...para que miren a Mí, a quien han traspasado". Jesús fue el Cordero de la Pascua hebrea, el sacrificio final, "sin mancha e inmaculado" (Isaías 53:7, Juan 1:29, Hebreos 7:25-27, 1 de Pedro 1:19, Apocalipsis 5:6). Juan el Bautista declaró de Jesús: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1: 29b). Su carne era el velo que separaba el lugar Santísimo del Templo (Hebreos 10:20), desgarrado en la Cruz por nosotros (el velo en el Templo se rasgó cuando Cristo murió, como se registra en Mateo 27:51 y Lucas 23:45 ), para que podamos entrar en el lugar santo de la presencia de Dios, "por un camino nuevo y vivo", con nuestros "corazones purificados" del pecado por la fe en lo que Cristo hizo en la cruz (Hebreos 10:19-22). Como lo expuso Jesús: " Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; pero ellas son las que dan testimonio de mí; Y no queréis venir á mí, para que tengáis vida eterna" (Juan 5:39-40). Incluso si uno no acepta la Biblia como la palabra de Dios, está claro que estas escrituras enseñan que Jesús es Dios el Hijo encarnado, el Mesías prometido, el Cristo vivo, desde el momento de su nacimiento. El mismo día del nacimiento de Jesús, un ángel que se apareció a los pastores y les dijo: "Hoy en la ciudad de David ha nacido para vosotros un Salvador, que es Cristo el Señor" (Lucas 2:11). Jesús no se convirtió en el Cristo; Él era el Cristo desde su nacimiento; Él siempre había sido, y siempre será el Cristo. Él es el Mesías, el Redentor, el Salvador que resucitó y está a la diestra del Padre.
Por Marcia Montenegro