Otros Tipos de Falacias
Falso Dilema. Una de las maneras preferidas de hacer retorcerse a un cristiano es darle un dilema que lo obligue a rechazar la verdad del cristianismo. Sin embargo, la mayoría de los dilemas utilizados están sujetos a esta falacia. Aquí el oponente obliga a una respuesta tipo “ya sea/o” cuando la pregunta tiene una tercera alternativa. Él dice: “Acepta esto o aquello, los cuales son contrarios a tu posición,” pero no menciona una tercera alternativa. La clave para evitar el dilema es simplemente encontrar la tercera alternativa. Aquí existen algunos dilemas bastante famosos.
“Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?” [cf. Juan 9:2-3]
La respuesta de Jesús a esta pregunta demuestra que existe una tercera alternativa a esta pregunta “ya sea/o”: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” En otras palabras, él nació ciego para que Jesús pudiera sanarlo y darle a la gente la oportunidad de creer. Esta alternativa fue dejada fuera el pensamiento de que todo sufrimiento es resultado del pecado.
La peste es un castigo de Dios.
Si el sacerdote lucha contra la peste, está luchando contra Dios.
Si el sacerdote no lucha contra la peste, está siendo cruel e inhumano.
Así que, ya sea el sacerdote lucha contra Dios, o es cruel e inhumano.
Albert Camus construye este dilema en su novela La Peste. ¿Pero ha agotado todas las posibilidades para las acciones del sacerdote? Una tercera explicación podría ser que como el hombre es responsable de traer el mal al mundo (la peste), entonces no necesita preocuparse de luchar contra Dios mientras trata de eliminar los efectos del mal. Por lo tanto, el sacerdote puede luchar contra la peste y todavía servir a Dios haciendo el bien en las malas circunstancias. No es una situación “ya sea/o,” sino una “tanto/y.”
Todo sucede ya sea por determinismo o por libre albedrío.
Si todo está determinado, estamos equivocados al hablar de elecciones libres (por ejemplo, el pecar, aceptar Cristo, etc.).
Si existe el libre albedrío, estamos equivocados al decir que Dios está en control de todas las cosas.
Por lo tanto, ya sea que estamos equivocados acerca del libre albedrío o estamos equivocados acerca del control de Dios.
¡Esta clase de discusión continúa incluso entre cristianos! El debate ha producido mucho calor y muy poca luz. El problema es que existe un falso dilema establecido en la primera premisa. El determinismo y el libre albedrío no son necesariamente contradictorios; es posible que ambos sean verdaderos. Durante siglos, los filósofos paganos y cristianos han ofrecido una solución simple al dilema añadiendo una tercera alternativa. Esa respuesta es que Dios determinó que una elección será hecha libremente. En otras palabras, es posible que Dios use el libre albedrío como un medio para hacer lo que se ha determinado. Esto no inhibe la libertad ya sea experiencialmente (porque la persona no sabe qué elección está determinada y siente que la elección es suya) o realmente (porque no existe coerción o fuerza involucrada). Este no es un dilema si se toma este tercer camino, porque se elimina la oposición de la libre elección y el determinismo. Tanto la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre pueden ser mantenidas.
Hipótesis Contraria al Hecho. ¿Alguna vez se ha encontrado preguntándose cómo sería si hubiera tomado diferentes decisiones en su vida? Jugar al “¿Y qué si?” parece divertido al principio, pero inevitablemente nos damos cuenta de que existen demasiadas otras variables que cambiarían y que realmente no conocemos cómo las cosas en el presente podrían haber resultado.
Este es el mismo problema que la gente que usa esta falacia encara. Ellos insisten: “Acepta esto porque podría haber sido de esta otra manera.” Jugar “¿Y qué si?” no funciona mejor en la lógica que en la vida real. Es fácil decir, “Las cosas serían diferentes si esta otra hipótesis fuera verdadera,” pero el hecho es que ¡la otra hipótesis no es verdad! Si fuera verdadera, estaríamos viviendo en una realidad diferente–otro mundo; sin embargo, nuestro argumento es acerca de cómo son las cosas en este mundo. Claro que sería diferente si no hubiera tal cosa como la gravedad, pero la gravedad es un hecho que tenemos que tratar en este mundo, y ninguna cantidad de “¿Y qué si?” puede cambiarlo. Se nos pide que asumamos lo que podría haber sido para probar lo que es. Este es un argumento “si los deseos fueran peces.” Se basa en la fantasía, no en los hechos.
“Si Adán nunca hubiera pecado, Cristo no habría necesitado morir.”
“Si Jesús no hubiera resucitado, entonces no podríamos ser salvos.”
“Si sólo pudiéramos recordar nuestras vidas pasadas, entonces todos nos daríamos cuenta de que somos seres eternos y divinos.”
El problema con cada uno de estos argumentos es que no podemos ir más allá de ese “Y si.” No existe garantía de que la realidad sería como dicen las declaraciones, incluso aunque sus hipótesis fueran verdaderas. Simplemente no lo conocemos. El buen razonamiento está construido, como dijo Joe Friday, en “Sólo los hechos, Ma’am.”
Falacia de la Jerga del Prestigio. Otro tipo de esnobismo lógico es decir las cosas de una manera tan compleja que la gente no se atreva a cuestionar la veracidad de lo que se ha dicho. ¿Cómo pueden hacerlo? Primero, ¡tienen que averiguar lo que significa! Ésta es la falacia de la jerga del prestigio (que es una manera de lujo de decir la “charla de lujo”). Confunde complejidad y autenticidad. Intenta ganar credibilidad a través de la profundidad y sustituye la terminología técnica para la verdad.
Karl Marx: El capital es “ese trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo chupa.”
Post-tribulacionista: “Los pre-trib tienen la fiebre de rapto generada por un cáncer escatológico que come las señales vitales de la participación cristiana en el mundo presente y es nacido de una mentalidad escapista.”
Falacia de Pendiente Resbaladiza. Este es el tipo de razonamiento que dice: “Rechaza esto porque se deslizará en eso.” Es un argumento de tipo teoría-dominó que insiste en que una proposición (que podría ser aceptada en sí misma) debe ser rechazada porque conducirá a una proposición diferente que es inaceptable. En algunos casos, tal afirmación puede ser verdadera, pero es una falacia cuando la conexión entre las dos declaraciones no es lógica, sino psicológica (o sociológica, o histórica, etc.). En otras palabras, algunas declaraciones nos conducen a otras conclusiones por necesidad lógica, pero otras declaraciones sólo tienen conexiones sentimentales entre sí. Es una falacia lógica afirmar que la conexión es necesaria, o al menos inevitable.
Supongamos que alguien dice: “Si alimentamos a los rusos, tendremos que luchar contra ellos.” Existe una conexión intuitiva entre estas declaraciones de que existe tal posibilidad; pero ¿cuál es la conexión lógica entre “alimentar” y “combatir”? Sin una conexión lógica real, no existe pendiente resbaladiza para deslizarse hacia abajo y ninguna serie de dominó a la cual caer.
Existe al menos un argumento notable que evita esta falacia. En este caso, se puede encontrar una conexión lógica.
“Si no puedes confiar en alguien (o en algún libro) que dice ser infalible en todo lo que dice, entonces no puedes confiar en nada.”
La Biblia afirma ser infalible (Juan 10:35; 17:17; Proverbios 30: 5-6). Pero hoy mucha gente está diciendo que la Biblia debe ser confiada solamente en asuntos religiosos, no en áreas científicas e históricas. Sin embargo, la Biblia afirma ser completamente sin error, incluso en las partes más pequeñas de las palabras (Mateo 5:17-18; Gálatas 3:16). Si esto es así, entonces ya sea que podemos confiar en la Biblia en todo lo que se dice, o podemos confiar en ella en nada. Si esto no hace que la afirmación fuera infalible, sería una historia diferente; pero eso nos devuelve a la Hipótesis Contraria al Hecho. Si la Biblia dice que es inerrante, pero tiene errores, entonces no tenemos idea de dónde están esos errores y no tenemos ninguna razón para confiar en alguna parte de esta. Si Jesús afirmaba decir la verdad en todas las cosas, pero mintió o se equivocó acerca de algunas, entonces no tenemos razón para creer en algo de lo que dijo. Los errores demostrarían que él no estaba hablando como portavoz de Dios, y que podría estar equivocado en cualquier momento. La misma afirmación de la autoridad misma está equivocada, así que ¿cómo se puede algo más ser confiado? Este argumento de pendiente resbaladiza es válido porque existe una conexión lógica entre las proposiciones. (Si la premisa “Todas las partes de la Biblia son inerrantes,” es falsa, su subalterno, “Algunas partes de la Biblia son inerrantes,” es indeterminado. Por lo tanto, la inerrancia no puede ser afirmada para alguna parte de la Biblia.) Afirmar la autoridad divina para todo es invalidado si es inválido para algo.
Del mismo modo, Mary Baker Eddy, que afirmaba estar hablando la verdad infalible que su Dios le estaba dictando, puede ser desacreditada mostrando un solo error en las cosas que ella escribió. Si este argumento puede desacreditar toda la Escritura, también puede desacreditar sus escritos.
Falacia de la Composición. Algunos argumentos suponen que lo que es verdadero de las partes (o los elementos) también debe ser verdadero para el todo (o grupo).
“El equipo de estrellas debe ser mejor que el campeón regional porque está formado por mejores jugadores.”
“No necesito ver Los Jardines Butchart, es sólo un montón de flores.”
En primer instancia, el conjunto probablemente resultará ser considerablemente menor que la suma de sus partes. En la segunda, el conjunto resulta ser más. Conocer de lo que se hace algo no significa conocer cómo encajan las partes. No existe una sola pieza en un coche que se ejecute por sí misma, pero se ejecuta muy bien cuando las pone todas juntas.
Excepción. A veces el conjunto tiene las características de las partes (por ejemplo, si cada teja en un techo es marrón, entonces todo el techo es marrón). En estos casos la naturaleza misma de la característica exige que si la parte lo tiene, entonces el todo también debe poseerla. Por lo tanto, si todas las partes del universo son finitas y creadas, entonces el total debe ser finito y creado. No existe falacia aquí.
Falacia de División. Algunos argumentos asumen que lo que es verdadero para el todo es verdadero para las partes.
“Puesto que el ser es eterno, debo ser eterno también.”
Aquí tenemos la falacia de la composición en sentido inverso. Este es un argumento favorito de la Nueva Era (aunque ha existido desde al menos el siglo VI a.C.), pero asume equivocadamente que todo ser es el mismo. El “ser” aquí significa la categoría abstracta de todas las cosas. La respuesta cristiana es que algunos seres son dependientes y finitos. El ser de Dios es eterno, pero existen seres finitos que dependen de Dios. Sólo porque algún ser (por ejemplo, Dios) es eterno, no se sigue que todos los seres sean eternos. La parte no tiene necesariamente todos los atributos del todo. Un coche puede ser capaz de ir a sesenta millas por hora. Pero el carburador por sí mismo no tendrá esa velocidad, no importa que tan fuerte lo lance.
(Título Original: "Informal Fallacies. Extraído y Traducido del capítulo 6 del libro Come, Let Us Reason. An Introduction to Logical Thinking de Norman L. Geisler")