1. Así como la teología fluye naturalmente de la adoración y la confesión, la apologética es el resultado natural de la evangelización. En algún momento el cristiano pasa de proclamar el Evangelio a persuadir al incrédulo; una vez que este movimiento se lleva a cabo, el cristiano ha pasado del evangelismo a la apologética. En cualquier caso, el incrédulo pronto preguntará "¿por qué debo tomar en serio cualquier cosa que digas?" El cristiano tendrá que dar alguna razón de la esperanza que está dentro de él; así que su respuesta sería mejor ser buena.
2. La apologética es sólo razonar con aquellos que no creen; y esto es exactamente lo que Pablo hace cuando predica el Evangelio. A veces razonaba en las sinagogas, usando las Escrituras para demostrar que Jesús cumplió las promesas de Dios a Israel. Otras veces defendió su Evangelio de la acusación de irracionalidad llamando la atención sobre la evidencia disponible en el registro público. Incluso estaba preparado para discutir con una multitud de idólatras que sus sacrificios eran irracionales.
3. El autor de Hechos informa varias escenas de prueba para establecer que los Apóstoles eran hombres razonables de buen carácter. Esto era simplemente parte integrante de su misión de difundir el Evangelio.
4. Se le ordenó a la Iglesia que predicara, pero también se le ordenó persuadir: Pablo es a menudo descrito como "razonamiento" (dialegomai) con los incrédulos.
5. Una objeción a la apologética es la siguiente: "Sólo Dios puede llamar a alguien a la fe". Pero, ¿cómo nos llama Dios? Por lo general, a través de su palabra; y es sorprendente la frecuencia con que la palabra de Dios razona con incredulidad.
6. Por ejemplo, Pablo abre su principal declaración teológica, el libro de Romanos, con una crítica de la idolatría y el politeísmo. El poder eterno del creador se revela a través del mundo natural; el autor de esta creación debe ser mucho mayor que cualquier cosa en el reino creado. Sin embargo, aunque todos instintivamente buscan a Dios, los paganos adoran con pedazos de madera y piedra. Esto es una tontería, porque deben saber que algo más hermoso está detrás de la belleza de la naturaleza.
7. Pablo hace un argumento similar a los atenienses en Hechos 17. El "mundo y todo en él" refleja el poder de un creador. Si todo en este mundo depende de un creador, entonces se sigue que el creador no puede depender de nada en la naturaleza. Estos argumentos habrían sido familiares para los filósofos estoicos y epicúreos de Atenas. Incluso podrían haber sido simpatizantes con el argumento de Pablo de que, debido a que todos los hombres buscaban lo mismo, era más razonable creer en un creador. La creación, después de todo, testificó a un diseñador y un plan providencial.
8. En 1 Corintios 2:4-5, Pablo dice que "Mi mensaje y mi predicación no fueron con palabras sabias y persuasivas, sino con una demostración del poder del Espíritu, para que vuestra fe no este fundada en la sabiduría de los hombres, mas en el poder de Dios". Pero Pablo no estaba criticando la apologética en este pasaje; su objetivo era el amor de los corintios por la retórica. Como señala James Beilby en Thinking About Christian Apologetics: Qué es y por qué lo hacemos.
El punto de 1 Corintios 2:4-5 es que Pablo no quería presentar el evangelio en el lenguaje del orador entrenado que aplicaba habilidades y aparatos retóricos muy específicos y formales para persuadir a su audiencia. Tales dispositivos retóricos eran comunes entre los rabinos judíos y los filósofos griegos. No quería ganar una batalla de retórica e impresionar a la gente con sus habilidades argumentativas... Así que no hay nada en este pasaje que sugiera que el uso de argumentos reflexivos y lógicos al servicio de la defensa y elogiar la fe sea inapropiado".
9. El punto que Pablo hace en los dos primeros capítulos de 1 Corintios no es que los no creyentes no puedan comprender la lógica interna del evangelio, sino que se niegan a aceptarlo porque no encaja con sus creencias preconcebidas. Su visión del mundo no permite la lógica de la cruz y por eso la rechazan rotundamente. No es que no puedan entender el Evangelio, pero que no lo acepten (la palabra griega dekomai, traducida como "aceptar" en 1 Corintios 2:14, significa literalmente "bienvenida"). Subyacente a este rechazo es, por supuesto, un problema espiritual. Todo el mundo necesita ser iluminado por el Espíritu de Dios, pero la Escritura constantemente muestra que este esclarecedor ocurre mientras el evangelio es explicado. Como mencionamos en el punto 3, el Espíritu Santo razona con los incrédulos.
10. La apologética limpia algunos de los escombros que oscurecen el evangelio desde una visión clara, rompe parte de la confianza en ideas alternativas e infunde un grado de humildad que hace que el espacio para que el evangelio sea escuchado en sus propios términos.
11. La Escritura espera que los cristianos piensen a través de su fe a cualquier nivel que sean capaces. Nos llama a amar a Dios con toda nuestra mente como parte de todo nuestro ser (Mateo 22:37) y la forma en que los autores bíblicos construyen argumentos razonados demuestra que la lógica es intrínsecamente buena.
12. Mitos teológicos pop contrarios, la historia de Abraham e Isaac no nos enseñan a tener fe ciega. Abraham tenía razones para confiar en Dios. Dios había mantenido la fe con Abraham y su familia, salvando a Ismael cuando toda esperanza parecía perdida. Dios había prometido que Isaac viviría para ser el heredero de Abraham, y Abraham sabía que Dios podía traer nueva vida a vientres estériles. No podía dudar del poder milagroso de Dios. Abraham podría, justificadamente, sentir miedo en Moriah, pero tenía razones suficientes para tener una creencia justificada en la promesa de Dios. Mientras Abraham caminaba por la ladera de la montaña, prometió a sus siervos que él y el niño regresarían.
13. Martyn Lloyd Jones describió famosamente la predicación de "lógica en llamas" y "razón elocuente". Si ese es el caso, todo predicador debe practicar la apologética. Cada uno muestra que el Evangelio puede ser presentado como un argumento convincente, como una razón persuasiva, para volverse al Señor para ser salvo. Y si toda vida cristiana debe ser un sermón a un mundo que nos mira, todos debemos considerar las razones de la esperanza que hay dentro de nosotros.
14. La apologética es parte del proceso de ayudar a la gente a escuchar el evangelio. Al eliminar los obstáculos para escuchar la Escritura y hacer un caso para considerar sus afirmaciones, la apologética puede ayudar a "liberar al león". La apologética no surge de la falta de confianza en la Escritura, sino de la convicción de que el mensaje de la Escritura es demasiado importante para que la gente se pierda.
15. Los acólitos de la duda predican que hay algo violento y opresivo en toda afirmación de la verdad espiritual o moral. Sin embargo, algunas pruebas exigen un veredicto. ¿Debemos decir que la moralidad de los gulags es una cuestión abierta? ¿Que el Holocausto pudo haber sido una reacción razonable a la situación política en los años cuarenta? ¿Es un signo de humildad negar que hay algo sublime y maravilloso en el nacimiento de un niño recién nacido? El apologista enseña que hay suficiente evidencia para saber que Dios existe y que hay razón suficiente para poner nuestras vidas en las manos de Dios. No podemos usar la idolatría de la duda para justificar la indecisión y la cobardía intelectual.
16. Además, la apologética nos ayuda a alabar a Dios cuando vemos que Dios está en el centro de una visión de mundo satisfactoria. Apreciamos el papel de Dios como creador, su bondad como fundamento de la moralidad y su amor como fuente de todo significado.
17. La apologética nos ayuda a comprender que la "sabiduría mundana" está construida sobre una casa de naipes. Libera al cristiano de las modas intelectuales de un mundo secular y de la moralidad pop de las telenovelas. La apologética conduce corazones y mentes a Dios y a su Palabra. La apologética enseña a los cristianos a crecer, a ser maduros, a tratar de entender lo que Dios ha dicho, lo que ha hecho, y cómo hace una diferencia en cómo pensamos.
18. Podemos convencer a una persona de que la fe cristiana es verdadera, de poder entregar su vida a Jesús y de que ésta es la decisión más importante que ella tomará. Sin embargo, la fe salvadora sólo ocurre cuando una persona actúa, comprometiéndose a Cristo. Incluso cuando alguien es plenamente consciente del curso racional de la acción, el egoísmo y el orgullo pueden motivar una decisión profundamente irracional. Sin embargo, si una persona no puede ser persuadida en fe, tampoco puede ser "predicada" o "testificada" en el Reino. La apologética no es más desventajosa, y no menos importante, que cualquier otro aspecto del evangelismo.
Traducido por: Ruth Hernández