Una herramienta muy útil para hablar sobre Dios es El Principio de Analogía. El principio de la analogía se utiliza en diferentes sentidos. Uno es una regla de historicismo, establecida por el historiador y teólogo liberal Ernst Troeltsch (1865-1923), de que la única manera de conocer el pasado es por analogía en el presente. La implicación de esta regla es que, puesto que los tipos de milagros realizados en la Biblia no están teniendo lugar hoy, no podemos conocer que ocurrieron en el pasado tampoco. La otra manera en que se utiliza este término es como principio fundamental de la razón. Es en este sentido que el principio se considera aquí.
El Principio de Analogía. El principio de la analogía establece que un efecto debe ser similar a su causa. Similar produce similar. Un efecto no puede ser totalmente diferente de su causa. Un acto (o actor) comunica actualidad. Afirma que la Causa de todo ser (Dios) debe ser similar a los seres que causa. Niega que Dios pueda ser totalmente diferente (equívoco) de sus efectos, porque el Ser que causa a todos los demás seres no puede traer a la existencia algo que no tiene ser como él. El Ser causa el ser.
Del mismo modo, la analogía afirma que Dios no puede ser totalmente igual a sus efectos, porque en este caso serían idénticos a Dios. Pero lo creado no puede ser idéntico a lo Increado, ni lo finito a lo Infinito. Por lo tanto, Dios el Creador de todo ser debe ser similar a las criaturas que ha hecho. De la misma manera, nuestros juicios sobre Dios–si son exactos–no son totalmente iguales ni totalmente diferentes; deben ser similares (análogos). El lenguaje religioso análogo, entonces, es la única manera de preservar el verdadero conocimiento de Dios. La conversación unívoca sobre Dios es imposible, y la conversación equívoca sobre Dios es inaceptable y autodestructiva. Sólo la analogía evita las trampas de cada uno y proporciona una comprensión genuina de Dios. Como Tomás de Aquino declaró: “El nombre Dios… no se toma en sentido unívoco o equívoco, sino análogo. Es evidente por lo siguiente. Porque los unívocos tienen completamente el mismo concepto; en los equívocos, completamente diverso; en los análogos, en cambio, es necesario que el nombre tomado con una significación se mantenga en su definición aunque sea tomado con otros significados” (Summa Theologica, 1a., 13, 10).
Las Bases para la Analogía. La analogía preserva un verdadero conocimiento de Dios porque está enraizada en la naturaleza misma de las auto-expresiones de Dios. Por supuesto, Dios sólo puede expresarse a sus criaturas en términos distintos a sí mismo. Así, por su misma naturaleza, tal expresión o manifestación de Dios será limitada, mientras que Dios mismo es ilimitado. Sin embargo, una expresión acerca de Dios debe expresar a Dios. Por lo tanto, la analogía fluye de la misma naturaleza del proceso de auto-revelación de Dios.
La Analogía Basada en la Causalidad. La similitud entre el Creador y la criatura es basada en la relación causal entre ellos. Puesto que Dios es existencia pura (Ser), y puesto que él causa toda otra existencia (seres), debe haber una semejanza entre él como la Causa eficiente y sus efectos. Porque una causa comunica a sí misma con el efecto. El Ser causa al ser. La Causa del ser debe ser un Ser. Porque no puede dar lo que no tiene; no puede producir la realidad que no posee. Por lo tanto, aunque la Causa es Ser Infinito y el efecto es ser finito, el ser del efecto es similar al Ser que lo causó. La analogía es basada en la causalidad eficiente. Porque “pues no podemos nombrar a Dios a no ser partiendo de las criaturas. Y así, todo lo que se dice de Dios y de las criaturas se dice por la relación que la criatura tiene con Dios como principio y causa, en quien preexisten de modo sublime todas las perfecciones de las cosas” (ibid., 1a, 13, 5).
El Lenguaje de Analogía. Hay dos razones por las que las declaraciones hechas acerca de Dios sobre la base de la revelación general son simplemente análogas. La primera es la cuestión de la causalidad. Los argumentos para la existencia de Dios son argumentos desde el efecto a la causa eficiente de su ser (ibid., 1a, 2, 3). Dado que los efectos obtienen su actualidad de Dios (que es Pura Actualidad), deben ser similares a él. Porque Actualidad comunica y produce actualidad.
Segundo, la Pura Actualidad (Dios) no puede crear otra Pura Actualidad. La Pura Actualidad es increada, y es imposible crear un Ser increado. Pero si la Actualidad increada no puede crear otra Pura Actualidad, entonces debe crear una actualidad con potencialidad (Aquino, Sobre el Ser y la Esencia). Así, todos los seres creados deben estar compuestos de actualidad y potencialidad. Tienen existencia actual, y tienen potencial para no existir. Todo lo que entra a existencia puede salir de la existencia. Pero si todos los seres creados tienen un potencial que limita su existencia, entonces son tipos limitados de existencia, y su Causa increada es un tipo ilimitado de existencia.
Por lo tanto, debe haber una diferencia entre las criaturas y su Creador. Tienen limitaciones (potencia), y él no. De ello se desprende que, al hacer declaraciones sobre Dios basadas en lo que él mismo ha revelado en su creación, hay una gran cláusula: Dios no es como su creación en sus potencialidades sino sólo en su actualidad. Este elemento negativo es llamado “la forma de la negación” (vía negativa), y toda conversación adecuada acerca de Dios debe suponerla. Esta conclusión surge de la naturaleza misma de las pruebas de la existencia de Dios.
Podemos presentar lo positivo y lo negativo como dos proposiciones.
Dios es una Causa. Este es el elemento positivo de similitud en la analogía Creador-criatura. Cualquier actualidad existente es como la Actualidad que la dio.
Dios es una causa incausada. Este es el elemento negativo. La misma negación debe tenerse en cuenta al considerar otros atributos de Dios que surgieron del argumento de su existencia. Como dijo Tomás de Aquino: “Ninguna criatura siendo finita, puede ser adecuada al primer agente que es infinito” (Sobre el Poder de Dios, 7.7). Dios es la causa infinita de toda existencia finita. Pero infinito significa no-finito; también es una negación. Dios es lo eterno, que es una Causa no-terminal o no-temporal. Algunas de las negaciones no son inmediatamente evidentes. Dios es la Fuente simple de todo ser complejo. Pero “simple” aquí realmente significa no-complejo. Sabemos que las criaturas son contingentes y Dios es necesario, pero por “necesario” simplemente queremos decir que Dios no es contingente. No tenemos conceptos positivos en nuestra experiencia que puedan expresar la dimensión trascendente de las ilimitadas características metafísicas de Dios.
Por lo tanto, la analogía con la que hablamos de Dios siempre contendrá un elemento de negación. La criatura es similar Dios porque la Actualidad comunica la actualidad, pero diferente de Dios porque tiene una potencialidad limitante que Dios no tiene. Él es la Pura Actualidad.
Tipos de Analogías. Hay que distinguir dos tipos básicos de analogía: extrínseca e intrínseca. La analogía entre Dios y la creación es basada en una analogía intrínseca. De lo contrario, no habría similaridad real.
No hay alguna similaridad real entre dos partes en una analogía extrínseca. Sólo una cosa posee la característica; la otro es llamada esa característica por su relación con ella. Esto se puede explicar mejor observando los tipos de analogía extrínseca.
La analogía extrínseca se basa en la causalidad eficiente. Esta analogía es llamada “analogía por atribución extrínseca.” La característica es sólo atribuida a la causa porque la causa produce la característica en el efecto. Realmente no posee la característica. Algunos alimentos son llamados “saludables” porque estimula la salud en el cuerpo, no porque cualquier alimento en sí mismo es realmente saludable.
Esta analogía no proporciona ninguna base real para el conocimiento de Dios. Simplemente nos dice lo que la causa puede producir, no la característica que actualmente posee. En este tipo de analogía, Dios podría simplemente ser llamado bueno porque produce cosas buenas, pero no porque realmente es bueno en sí mismo. Por lo tanto, la analogía basada en la atribución extrínseca nos deja en un estado de agnosticismo acerca de Dios.
Dios y las Criaturas. Toda la conversación significativamente descriptiva de Dios se basa en la analogía de la atribución intrínseca, por la cual las criaturas son similares al Creador debido a la relación causal entre ellas. Aquino escribió: “Es necesario encontrar entre unos y otros alguna semejanza [entre los efectos y su causa], pues de la naturaleza de la acción nace que el agente produzca algo semejante a sí, ya que todo ser obra en cuanto está en acto” (Summa contra Gentiles, I, 29, 2). Se deben entender las características importantes de esta relación.
Una Relación Causal. La relación entre Dios y el mundo es causal. En los nombres dados a Dios ya las criaturas “observamos en la comunidad de tales nombres el orden de causa y efecto” (ibid., I, 33). Por lo tanto, “todo lo que se dice de Dios y de las criaturas se dice según hay alguna relación de la criatura con Dios como su causa principal” (ibid., I, 13, 5). La causalidad es una relación de dependencia, no de dualismo. Las criaturas poseen la característica sólo porque la obtuvieron del Creador. Para expresar la cuestión simple, la Causa del ser comparte ser con los seres que trajo a la existencia. Aparte de esta relación causal de dependencia, no habría un atributo común y compartido entre el Creador y las criaturas.
Una Relación Intrínseca. La relación causal entre Dios y los seres humanos es real. La similaridad es basada en el hecho de que tanto la causa como el efecto tienen la misma característica, el efecto obteniéndola de la causa. Dios no es llamado bueno, por ejemplo, simplemente porque hizo cosas buenas. Esta sería una relación causal extrínseca, como el aire caliente haciendo dura la arcilla. El aire no es duro; simplemente hizo el efecto duro. El mismo aire caliente hace suave la cera.
Más bien, Dios es bueno, y así un ser humano tiene una fuente de bien. Tanto el aire caliente como la arcilla se calientan, porque el calor comunica calor. El calor que produce calor es una relación causal intrínseca. Este tipo de relación causal existe entre Dios y la creación.
Toda la creación es similar a Dios en la medida en que es actual, pero es diferente a Dios en cuanto es limitado por su potencialidad para recibir su semejanza. Un escultor, la causa, no puede conseguir el mismo efecto en el pudín como en la piedra, aunque la misma forma es impuesta en ambos. El pudín simplemente no tiene el mismo potencial que la piedra para recibir una forma estable y duradera. La semejanza entre Dios y una criatura dependerá del potencial limitado de la criatura para recibir su actualidad. Por lo tanto, las criaturas difieren de Dios en su potencialidad, pero son similares (aunque no idénticas a) Dios en su actualidad.
Una Relación Esencial. La relación causal entre Dios y el mundo es per se, no per accidens. Es decir, es una relación esencial, no accidental. Dios es la causa del ser del mundo, no sólo la causa de su devenir.
Una relación causal accidental es aquella en la que sólo existe una relación no esencial entre la causa y el efecto. Los músicos dan a luz a no-músicos. La habilidad musical no es un elemento esencial de la relación entre padre e hijo. Por lo tanto, no puede decirse que sea una relación esencial entre dos grandes violinistas, a pesar de que podrían ser madre e hija, e incluso si la genética y la educación contribuyeron a los logros de la hija.
Sin embargo, los seres humanos dan a luz a seres humanos. Las características de la humanidad eran esenciales para la relación de esas músicas madre-hija. La hija podría haber nacido sorda, pero no podría haber nacido felina. La humanidad es una relación causal esencial. Las características esenciales de la humanidad son poseídas tanto por la causa como por el efecto. Esta es la clase de relación causal que existe entre Dios y sus criaturas.
Una Causa Eficiente. La causa eficiente es una causa por la cual algo llega a ser. Una causa instrumental es aquella a través de la cual algo llega a ser. El estudiante es la causa eficiente de la realización completa del examen; la pluma del estudiante es sólo la causa instrumental. Por lo tanto, el examen se parecerá a los pensamientos del estudiante, no cualquier idea en la pluma, incluso si estaba equipado con una potente microcomputadora. El garaje se parece al plan en la mente del carpintero, no al martillo del carpintero. Por lo tanto, no hay una conexión necesaria entre una causa instrumental y su efecto, sólo entre la causa eficiente y su efecto.
Lo mismo puede decirse de la causa eficiente en oposición a la causa material. La causa material es aquella de la cual algo llega a ser. El sol produce calor, que es una causa eficiente del calor absorbido por la pieza de arcilla que se cuece en la piedra. El calor del sol es una causa material de la dureza producida como la arcilla cocida en una roca. Pero la dureza no es causada por el calor del sol. La dureza ni siquiera es causada “eficientemente” por las condiciones materiales de la arcilla. Esa es otra clase de causa material. La causa eficiente de la arcilla endurecida es el Dios que diseñó la física por la cual la arcilla reacciona al calor.
Además, sólo porque Dios creó el cuerpo de Adán desde la materia (su causa material) no significa que Dios es un ser material. Las causas eficientes no necesitan parecerse a sus efectos, como tampoco las mentes de Wilbur y Orville Wrights tenían alas y fuselaje. Un avión está hecho de materia; la mente que lo diseñó no. Las palabras visibles y materiales de esta página se parecen a mi mente (su causa eficiente), pero mi mente no está hecha de papel y tinta. Del mismo modo, el Dios invisible (causa eficiente) no es como el mundo visible (causa material), ni el mundo material como el Dios inmaterial (Juan 4:24).
Por Qué Sólo Algunas Cualidades Aplican a Dios. Sólo estas características (autenticidad, compasión, libertad, bondad, santidad, inmanencia, conocimiento, amor, rectitud, sabiduría) se aplican a la actualidad humana más que a la potencialidad humana. De modo que sólo éstos fluyen de la causalidad eficiente, esencial, principal e intrínseca de Dios. Otros seres tienen estas cualidades; Dios es estas cualidades. Sólo estas características pueden ser apropiadamente aplicadas a un ser ilimitado. Las cosas son como Dios en su actualidad, pero no en su potencialidad, ya que Dios no tiene potencialidad. Él es la Pura Actualidad. Así que, sólo su actualidad es como Dios.
Aplicando Palabras a lo Infinito. Las palabras divorciadas de su condición finita carecen de significado. Esto significa que toda conversación sobre Dios acerca de analogías o cualquier otra cosa carece de sentido, ya que los conceptos no pueden aplicarse a un Ser infinito y trascendente. Tal crítica pasa por alto la distinción entre un concepto y su predicación. El concepto detrás de una palabra sigue siendo el mismo; sólo cambia la forma en que es predicado. Los significados de las palabras bondad, ser y belleza pueden aplicarse a la realidad finita, y pueden aplicarse a Dios; cuando se usan en el ambiente divino, las palabras simplemente se extienden sin límites. El ser sigue siendo ser, y la bondad es todavía bondad; en aplicación a la esencia de Dios, se liberan de cualquier modo limitante de significación. Puesto que la perfección denotada por algunos términos no implica necesariamente ninguna limitación, no hay razón por la cual la perfección no pueda ser predicada de un Ser ilimitado. En los términos de Aquino, lo que es significado es lo mismo; sólo el modo de significación es diferente.
Analogía y Causalidad. Se argumenta que la analogía descansa en la premisa cuestionable de la causalidad. Es verdad que Aquino basa la analogía en la similaridad que debe existir entre una causa eficiente y su efecto. Esto es verdad porque el Ser comunica sólo el ser. La Causa de la existencia no puede producir la perfección que no “posee” en sí misma. Si Dios causa la bondad, entonces debe ser bueno. Si causa la existencia, entonces debe existir. De lo contrario, la consecuencia absurda es que Dios da lo que no tiene para dar.
Adaptación de Términos a lo Infinito. Una predicación análoga de Dios falla en identificar el elemento unívoco. Al trazar una analogía entre lo finito y lo infinito, debemos ser capaces de aislar ese atributo o cualidad “unívoca” que ambos comparten. Y podemos identificar el elemento básico, aunque debemos dejar caer las limitaciones de nuestro pensamiento cuando lo aplicamos a su Pura Actualidad, porque una predicación de la perfección de un Ser infinito no puede hacerse de la misma manera que un ser finito porque no tienen cualidades de una manera finita. La objeción sería válida para conceptos equívocos, aquellos que no pueden aplicarse tanto a Dios como a la creación, pero no es verdad de conceptos unívocos que tienen predicaciones analógicas. Se debe tener un entendimiento unívoco de lo que está siendo predicado. Debo tener cuidado con mi definición de amor cuando digo que “yo amo” y que “Dios es amor.” La única manera de evitar la equivocación al predicar la misma cualidad a los seres finitos y al Ser infinito es predicarlo apropiadamente al modo de ser que cada uno es.
Relacionando el Creador con la Creatura. La relación real entre el Creador y las criaturas no es unívocamente expresable. Esta crítica falla en distinguir entre la cosa significada y el modo de su expresión. El concepto de ser o existencia es entendido para significar lo mismo, ya sea que se refiera a Dios o a un ser humano. Es “lo que es o existe.” Dios existe y una persona existe; esto tienen en común. Así que el concepto ser es unívoco para ambos. Pero Dios existe infinitamente e independientemente, mientras que un ser humano existe finita y dependientemente; en esto son diferentes. Que ambos existan está concebido unívocamente; cómo cada uno de ellos existe es predicado analógicamente. Porque Dios existe necesariamente, y las criaturas existen contingentemente.
Conclusión. El lenguaje religioso no evoca simplemente una experiencia acerca de Dios que no nos dice nada acerca de quién es “Dios.” La conversación sobre Dios es unívoca, equívoca o análoga. No puede ser equívoca, ya que conocemos algo acerca de Dios. La afirmación “No podemos hacer declaraciones significativas acerca de Dios” implica que conocemos lo que la palabra Dios quiere decir en el contexto de otras palabras. Del mismo modo, la conversación sobre Dios no puede ser unívoca, ya que no podemos predicar un atributo de un Ser infinito de la misma manera que lo hacemos con un ser finito. Dios es “bueno,” por ejemplo, de manera ilimitada. Las criaturas pueden ser “buenas” de una manera limitada y reflexiva. Ambos son buenos, pero no de la misma manera.
Pero si la conversación sobre Dios no es ni unívoca ni equívoca, entonces debe ser analógica. Esta analogía de similitud se basa en las relaciones Creador/criatura. Como Causa del ser, Dios es Ser. No puede dar lo que no tiene para dar. El Ser produce ser; Pura Actualidad actualiza otras actualidades. Puesto que Dios no puede producir otro Ser Necesario como él, debe producir seres contingentes. Pero los seres contingentes, a diferencia de un Ser Necesario, tienen la potencialidad de no ser. Por lo tanto, mientras que Dios es Pura Actualidad, todo lo demás es una combinación de actualidad y potencialidad limitante de no ser.
Así, cuando predicamos a Dios cosas desde la creación, no podemos predicar alguna de sus limitaciones para él. Sólo podemos atribuir la actualidad que la criatura recibió del Creador. En este sentido, las criaturas son similares y diferentes de Dios. Eso abre la puerta a la comprensión por analogía.
Las únicas alternativas a la analogía son el escepticismo o el dogmatismo: Ya sea que conocemos nada de Dios, o asumimos que conocemos las cosas de la misma manera infinita en que él las conoce.
Bibliografía
Tomás de Aquino, On Being and Essence (Sobre el Ser y la Esencia).
--------------------------------------, On the Power of God (Sobre el Poder de Dios).
--------------------------------------, Summa contra Gentiles.
--------------------------------------, Summa Theologica.
Frederick Ferre, “Analogy.”
Norman L. Geisler, Thomas Aquinas: An Evangelical Appraisal (Tomás de Aquino: Una Apreciación Evangélica)
---------------------------------------- y Windried Corduan, Philosophy of Religion, parte 3 (Filosofía de la Religión)
Ralph McInerny, The Logic of Analogy (La Lógica de la Analogía)
Battista Mondin, The Principle of Analogy in Protestant and Catholic Theology (El Principio de Analogía en la Teología Protestante y Católica).
John Duns Scoto, Philosophical Writings (Escritos Filosóficos).
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Glosario
unívoco: Que siempre tiene el mismo significado o la misma interpretación.
equívoco: Que puede entenderse o interpretarse de diversas maneras.
análogo: Que tiene analogía o similitud con una cosa.
per se: atribución del sujeto en cuanto a tal, necesariamente según su esencia. per accidens: circunstancialmente, contingente indeterminada.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Título Original del artículo: "Analogy, Principle of." Traducido y Extraído del libro The Big Book of Christian Apologetics: An A to Z Guide de Norman L. Geisler