La visión de Jesús de la Biblia es de particular interés para los evangélicos, ya que Se le considera como Dios encarnado, y, por lo tanto, todo lo que afirma tiene autoridad divina. Por lo tanto, todo lo que Jesús enseñó sobre la Biblia es la palabra definitiva sobre el tema.
Concediendo que Dios existe y que los milagros son posibles, incluso los no-evangélicos están en apuros para evitar la conclusión de que Jesús habló con autoridad divina–al menos si se acepta la autenticidad de las historias de los Evangelios. Si los Evangelios presentan con exactitud lo que Jesús enseñó, y si lo que Él enseñó fue confirmado por milagros para tener autoridad divina (cf. Juan 3:2; Hechos 2:22; Hebreos 2:3-4), entonces, lo que Jesús enseñó sobre el origen y la naturaleza de la Escritura son divinamente autorizados.
LO QUE JESÚS ENSEÑÓ SOBRE EL ANTIGUO TESTAMENTO
Dado que el Nuevo Testamento aún no estaba escrito, las palabras de Jesús se aplican directamente solo al Antiguo Testamento. Sin embargo, dado que Jesús hizo ciertas promesas a los apóstoles sobre la verdad del Nuevo Testamento, y dado que los escritos apostólicos fueron considerados a la par del Antiguo Testamento, entonces lo que Jesús enseñó acerca de la autoridad divina del Antiguo Testamento se aplica indirectamente al Nuevo Testamento también (vea abajo).
Jesús Afirmó su Autoridad Divina
Una y otra vez, Jesús declaró: “Escrito está” (Mateo 4:4, 7, 10). Él instruyó, “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Jesús incluso apeló a la Escritura como la más alta autoridad por la cual Satanás puede ser reprendido: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” (Mateo 4:10).
Jesús Afirmó Que es Imperecedera
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:17–18).
Jesús Afirmó Su Inquebrantabilidad
“Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios–y la Escritura no puede ser quebrantada…” (Juan 10:35). (Esto es el equivalente de afirmar que la Biblia es infalible)
Jesús Declaró Su Supremacía Definitiva
La Biblia es exaltada sobre toda instrucción humana. Jesús dijo a los líderes judíos: “¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?… Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.” (Mateo 15:3, 6).
Jesús Afirmó Su Inerrancia Factual
“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.” (Mateo 22:29). Otra vez, Jesús dijo al Padre: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). En resumen, la Biblia es totalmente verdadera, sin ningún error.
Jesús Insistió en Su Confiabilidad Histórica
Jesús incluso afirmó que los pasajes altamente controvertidos, como el diluvio de Noé, Jonás y el gran pez, son históricamente verdaderos. “Porque [justo] como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40; cf. 16:4). Además, “mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca” (Mateo 24:37–38; cf. 10:15; 12:42; 19:4–6).
Jesús Afirmó Su Exactitud Científica
Incluso en el altamente disputado asunto del origen del mundo y de la humanidad, Jesús insistió en la veracidad de las Escrituras. Se refirió a la creación del universo, diciendo: “porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá” (Marcos 13:19).
Jesús también afirmó la creación de Adán y Eva, diciendo: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4–5). Añadió en otro lado: “Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?” (Juan 3:12).
La autoridad de la Biblia es confirmada por la autoridad de Jesús; si Él es el Hijo de Dios, entonces la Biblia es la Palabra de Dios. De hecho, incluso si Jesús es solo un profeta de Dios, la Biblia es la Palabra de Dios. Solo si alguien rechaza la autoridad divina de Cristo puede rechazar consistentemente la autoridad divina de las Escrituras, porque si Jesús dice la verdad, entonces es verdad que la Biblia es la Palabra de Dios.
JESÚS Y LOS AUTORES DEL NUEVO TESTAMENTO AFIRMARON EL ALCANCE DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Jesús afirmó la autoridad de todo el Antiguo Testamento judío, que es lo mismo que el Antiguo Testamento protestante (de treinta y nueve libros), aunque los libros están numerados y ordenados de manera diferente. Esta afirmación es evidente a partir de varias verdades.
Jesús Usó Frases que Abarcan Todo el Antiguo Testamento
Jesús empleó varios términos que se refieren al Antiguo Testamento como un todo; tres en particular vienen a la mente. Primero, “la ley y los profetas” o su equivalente (por ejemplo, “Moisés y todos los Profetas”) se emplea una docena de veces en el Nuevo Testamento. El uso de Jesús se refiere claramente a todo el Antiguo Testamento (Lucas 24:27; cf. 24:44).
Segundo, el término “las Escrituras” es utilizado por Jesús y otros escritores del Nuevo Testamento para referirse a todo el Antiguo Testamento. Dos casos puntuales se encuentran en Juan (5:39; 10:35).
Tercero, Jesús usó una frase equivalente a nuestro “del Génesis al Apocalipsis” para referirse a todo el Antiguo Testamento: “Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.” (Mateo 23:35).
Jesús Se Refirió a la Mayoría de los Libros Individuales del Antiguo Testamento
De acuerdo con la numeración judía del Antiguo Testamento, había veintidós (o veinticuatro) libros, según si Rut se consideraba parte de los Jueces y Lamentaciones formaban parte de Jeremías. De los veintidós libros, Jesús y sus discípulos, que escribieron el Nuevo Testamento, se refirieron a dieciocho (Geisler y Nix, GIB, cap. 4).
Jesús Se Refirió al Antiguo Testamento como un Todo
Jesús indicó que todo el Antiguo Testamento es la Palabra de Dios en frases como “la Ley y los Profetas” (todo el canon del Antiguo Testamento): “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” (Mateo 5:17). Además, “comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:27). Una vez se refirió a todos los libros desde Génesis hasta 2 Crónicas (el último libro en la lista judía del Antiguo Testamento): “Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías” (Mateo 23:35). Este es el equivalente de nuestra frase “del Génesis a Malaquías.”
Jesús Prometió la Autoridad Divina del Nuevo Testamento
Jesús no solo confirmó que el Antiguo Testamento era la Palabra de Dios, también prometió lo mismo para el Nuevo Testamento, afirmando que el Espíritu Santo les enseñaría a los apóstoles “todas las cosas” y los conduciría a “toda verdad.” Anunció: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Él agregó: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).
Los Apóstoles Reclamaron Esta Autoridad Divina para Sus Palabras
Los apóstoles cuidadosamente escogidos de Jesús entendieron sus afirmaciones y su papel al cumplirlas, porque también afirmaron hablar con la autoridad de Dios, como es evidente por las afirmaciones hechas en sus libros. Pablo declaró: “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo” (Gálatas 1:11-12). En 1 Corintios, añadió: “Lo que os escribo son mandamientos del Señor” (1 Corintios 14:37).
Juan afirmó: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (1 Juan 1:1). Por lo tanto, él insistió, “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” (1 Juan 4:6).
Pedro insistió en que lo que escribió fue de Dios, al igual que los profetas del Antiguo Testamento: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21). Agregó: “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad… Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo” (2 Pedro 1:16, 18).
Pablo Citó los Evangelios
Pablo cita las palabras de Jesús del Evangelio de Lucas (10:7; cf. Mateo 10:10), llamándolas “Escritura” junto con el Antiguo Testamento: “Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario” (1 Timoteo 5:18).
Pedro Reconoció las Cartas de Pablo Como Escrituras
Pedro escribió: “Tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:15-16, énfasis añadido).
El Nuevo Testamento Es el Único Registro Auténtico de la Enseñanza Apostólica
Existen algunas otras fuentes que incluso pretenden registrar enseñanzas apostólicas que no se encuentran en el Nuevo Testamento, y que son apócrifas, que fueron compuestas por no-apóstoles un siglo o más después del tiempo de Cristo. El único registro históricamente confiable del primer siglo de lo que Jesús y sus apóstoles enseñaron se encuentra en el Nuevo Testamento.
Entonces, también se confirma que el Nuevo Testamento es la Palabra de Dios. Por lo tanto, el Antiguo Testamento fue confirmado directamente por Jesús de tener autoridad divina, y el Nuevo Testamento indirectamente se confirmó que tenía lo mismo. Por lo tanto, toda la Biblia, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son confirmados por Cristo como la Palabra del Dios viviente.
CRISTO Y LOS CRÍTICOS
Para la perplejidad eterna de los críticos de la Biblia, al menos aquellos que dicen ser seguidores de Cristo, Jesús afirmó exactamente lo contrario de lo que mucha de la negativa “alta crítica” enseña. Los siguientes son una muestra crucial de los temas en los que hay un choque entre Cristo y Sus detractores.
Jesús Afirmó que Daniel Era un Profeta, No un Simple Historiador
Muchos críticos insisten en que Daniel fue un historiador, no un profeta predictivo, que escribió alrededor del año 165 a.C.–después de los eventos que anunció acerca de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma (Daniel 2, 7). Jesús, sin embargo, afirmó que Daniel era un profeta que predijo las cosas de antemano y dijo: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes” (Mateo 24:15-16). Jesús pasó a dar una predicción detallada sobre la destrucción de Jerusalén casi cuatro décadas antes.
Jesús Confirmó Que Dios Creó a Adán y Eva
La mayoría de los críticos de la Biblia creen que el primer ser humano evolucionó a partir de formas de vida inferiores. Pero en respuesta a una pregunta sobre la relación entre un esposo y una esposa, Jesús estableció la base para el matrimonio de la primera pareja, a quien dijo que fueron creados por Dios: “¿No habéis leído que… al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5).
Jesús Afirmó Que Jonás Fue Tragado por un Gran Pez
Muchos críticos niegan la historia de Jonás y el pez, llamándolo un mito. Jesús, sin embargo, lo tomó como literalmente verdadero, comparándolo con su propia muerte y resurrección literal: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40).
Jesús Verificó Que el Mundo Fue Ahogado por una Inundación
Los críticos del Antiguo Testamento han negado durante mucho tiempo la historicidad de los primeros once capítulos del Génesis, especialmente el del Diluvio de Noé. Sin embargo, Jesús lo afirmó como verdadero, comparándolo con su propia segunda venida literal: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39).
Jesús Mantuvo Que Había Un Isaías, No Dos
Los críticos del Antiguo Testamento han sostenido por mucho tiempo que hubo al menos dos profetas llamados Isaías, el primero que escribió los capítulos 1-39 y el segundo que escribió los capítulos 40-66. Una razón para provocar esto es la incredulidad de los críticos con respecto a los milagros. Dado que Isaías se refiere al rey Ciro, que no nació hasta mucho después de que se escribió la primera sección de Isaías, los escépticos, por razones puramente naturales, consideran necesario publicar la segunda sección después del tiempo de Ciro para explicar la mención de su nombre.
Sin embargo, Jesús citó de ambas secciones de Isaías, refiriéndolas a un profeta. En Lucas 4:17-20, Jesús cita Isaías 61:1-2 y en Marcos 7:6 Él cita Isaías 29:13. Además, un discípulo a quien Jesús enseñó cita de ambas secciones de Isaías en el mismo pasaje, remitiendo ambas citas a uno y el mismo profeta llamado Isaías (Juan 12:37-41; cf. Isaías 6:10; 53:1).
Jesús Confirmó Que David Escribió los Salmos Atribuidos a Él
La mayoría de los críticos del Antiguo Testamento niegan que David haya escrito los más de setenta salmos que se le atribuyen, afirmando que escribió pocos, si es que hubo alguno. Sin embargo, Jesús cita uno de los salmos disputados (Salmos 110:1) y lo atribuye al Rey David, preguntando a los líderes judíos: “¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?” (Mateo 22:43-45).
Jesús y Sus Discípulos Afirmaron Muchos Otras Personas y Eventos del Antiguo Testamento
Las secciones más disputadas del Antiguo Testamento fueron validadas personalmente por Cristo y sus discípulos–a quienes enseñó. De estas secciones, algunas de las cuales se mencionaron anteriormente, afirmaron algo en cada uno de los capítulos más disputados en el Antiguo Testamento (Génesis 1-22):
1. Creación del universo (Génesis 1 →Juan 1:3; Colosenses 1:16). 2. Creación de Adán y Eva (Génesis 1–2 →1 Timoteo 2:13–14). 3. Matrimonio de Adán y Eva (Génesis 2 →1 Timoteo 2:13). 4. Tentación de la mujer (Génesis 3 →1 Timoteo 2:14). 5. Desobediencia de Adán (Génesis 3 →Romanos 5:12; 1 Corintios 15:22). 6. Sacrificios de Abel y Caín (Génesis 4 →Hebreos 11:4). 7. Asesinato de Abel por Caín (Génesis 4 →1 Juan 3:12). 8. Nacimiento de Set (Génesis 4 →Lucas 3:38). 9. Traslación de Enoc (Génesis 5 →Hebreos 11:5). 10. Matrimonio antes del Diluvio (Génesis 6 →Lucas 17:27). 11. El Diluvio y la destrucción del hombre (Génesis 7 →Mateo 24:39). 12. Preservación de Noé y su familia (Génesis 8–9 →2 Pedro 2:5). 13. Genealogía de Sem (Génesis 10 →Lucas 3:35–36). 14. Nacimiento de Abraham (Génesis 11 →Lucas 3:34). 15. Llamamiento de Abraham (Génesis 12–13 →Hebreos 11:8). 16. Diezmos a Melquisedec (Génesis 14 →Hebreos 7:1–3). 17. Justificación de Abraham (Génesis 15 →Romanos 4:3). 18. Ismael (Génesis 16 →Gálatas 4:21–26). 19. Promesa de Isaac (Génesis 17 →Hebreos 11:18). 20. Lot y Sodoma (Génesis 18–19 →Lucas 17:29). 21. Residencia de Abraham en la Tierra (Génesis 20 →Hebreos 11:9).
22. Nacimiento de Isaac (Génesis 21 →Hechos 7:8). 23. Ofrecimiento de Isaac (Génesis 22 →Hebreos 11:17). 24. Zarza ardiente (Éxodo 3:2–6 →Lucas 20:37). 25. Éxodo a través del Mar Rojo (Éxodo 14:22 →1 Corintios 10:1–2). 26. Provisión de agua y maná (Éxodo 16:4; 17:6 →1 Corintios 10:3–5). 28. Levantando la serpiente en el desierto (Números 21:9 →Juan 3:14). 29. Caída de Jericó (Josué 6:12–25 →Hebreos 11:30). 30. Milagros de Elías (1 Reyes 17:1, 18:1 →Santiago 5:17–18). 31. Jonás en el gran pez (Jonás 2 →Mateo 12:40). 32. Tres jóvenes hebreos en el horno (Daniel 3 →Hebreos 11:34). 33. Daniel en el foso de los leones (Daniel 6 →Hebreos 11:33). 34. Asesinato de Zacarías (2 Crónicas. 24:20–22 →Mateo 23:35).
A la luz de la evidencia, la elección es clara: ¿Cristo o los críticos? Lo que Jesús afirma, ellos lo niegan. Pero si Jesús es el Hijo de Dios, entonces la Biblia es la Palabra de Dios, incluyendo lo que dice sobre estos autores y eventos. Y si la Biblia no es la Palabra de Dios, entonces Cristo no es el Hijo de Dios. Las dos Palabras de Dios, la Viviente y la escrita, están vinculadas.
Bibliografía
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——————. “Christ’s View of Scripture” ("La Visión de Cristo de las Escrituras") en Norman Geisler, Inerrancy (Inerrancia).
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Título Original: "Jesús and the Bible," extraído y traducido del capítulo 16 del libro Systematic Theology, vol. 1 de Norman L. Geisler